Hemos roto. Vaya, ¡qué extraña frase! es exactamente lo que pasa: Nos rompemos, quedamos por ahí... destrozados, melancólicos, con el mundo encima y la cabeza a punto de estallar. Hemos roto y vale, al menos yo lo siento de esta manera. Le he cortado toda comunicación conmigo, sólo pensar en todo aquello que ya no será me aprieta y ahoga. El frío de Julio está aquí, se siente en toda la habitación e invade el alma, inapropiado para cualquiera, perfecto para un quiebre. Hemos roto y la vida ya no se siente como siempre (aunque hace bastante ha cambiado), todo me lo recuerda, su olor a Abril aún se encuentra en aquel suéter, no logro parar de llorar, este es el final.
¿Cuántas personalidades tenemos? ¿quiénes somos en realidad? 'Había una vez una chica', 5 palabras sobre una hoja vacía esperando su complemento. Había una vez una chica, que escribía en una noche fría, una chica que no pensaba en nada relevante (o tal vez pensaba en todo) Le pregunté a la chica, ¿en qué pensás? Me miró asombrada, supongo que hace bastante no me preocupaba por ella, por mi, por nosotras. Esperaba una respuesta, abrió la boca y creí que articularía miles de versos pero no... solo soltó una carcajada que me ha dejado atemorizada, luego lloró, lloró y lloró. No la entiendo. Supongo que nunca tiene palabras para los momentos precisos, supongo que siquiera sabe como actuar. ¿Qué pensás? le repito. Sigue sin saber que decir pero logro leer todo en sus ojos; yo también le extraño, querida mía. Yo también deseo volver a tenerle, pero esto se lo ha buscado él, ¿acaso no la has pasado bastante mal? ¿acaso no es suficiente? Me hunde sus uñas en el cuello, busca